Las lágrimas son iridiscentes, como un charco de aceite derramado en el piso de un estacionamiento o calle vieja, rota y abandonada llena de baches y hoyos. Ambos son iridiscentes a la luz del sol.
Cuando lloras y en tus pestañas quedan esas lágrimas que no mató el pañuelo, que no mancharon tu cara y corrieron tu maquillaje volviéndose negras. Cuando lloras y te acuestas bajo el sol, esperando que el astro pueda calentarte y llenar el hueco oscuro y frío que sientes. Cuando ves el sol de reojo, por entre las pestañas, dejando que te deslumbre y escapando de su luz. Cuando te hundes en tu mundo de pensamientos y lágrimas, justo en ese momento, puedes ver arcoiris en tus pestañas, en líneas o gotas, muy cerca de ti y a la vez lejos, sin poder ubicarlas.
En este momento, los colores que te revelan y que ves al llorar te hacen dar cuenta de que no fue tan malo. No es tan malo. Nada es tan malo.
Tears are iridiscent, like a pot of oil spilled on the floor of a parking lot, or old, broken, and abandoned street, full of holes. Both are iridiscent with sunlight.
When u cry and in your eyelashes remain those tears that the handkerchief could not kill, that didn't spoiled your face, and ruined your make up becoming black. When you cry and lie down under the dun, waiting that the star can heat you up and fill in the cold and dark hole you feel. When you get deep into your world of thoughts and tears, just in that moment, you can see a rainbow, way to the pot of gold, way to happiness. You can see the rainbow in your eyelashes, in lines or drops, very close to you and at a time far away, wihtout being able to locate them.
In that moment, the colos that they reveal you, and that you see when crying make you notice it was not so bad. It is not so bad. Nothing is so bad.
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