11.01.2010

Día de Muertos Cd.Mx.


Hoy casi lloro. Demasiados estímulos visuales. Demasiados estímulos sonoros. Demasiados estímulos olfativos. Temperatura agradable que te incita a sentir todo alrededor, y vida fluyendo desde todas direcciones y hacia todas direcciones.


Ironía. La noche en que regresan los muertos a disfrutar, es una de las noches más vivas del año. Halloween se ha fundido con el día de muertos, con niños por las calles disfrazados pidiendo su "calaverita" y personas disfrazadas de esqueletos o muertos, cosa que me pareció sumamente horrorizante y sorprendente a la vez, ya que no muchos buscaban parecerse a estereotipos estadounidenses, con esa imagen, y colores, sino eran esqueletos, muertos, calaveras, elementos que te asombraban y asustaban porque te podías sentir identificado, ligado a ellos por algún vínculo ténue e irreconocible que no sabías existía.


Esqueletos jugando juegos tradicionales, ofrendas a personajes de historietas, y comida en forma de huesos. Colores y luces por todos lados, gente y movimiento.


Soy tan feliz de estar este día en México, de ver todo esto pasando a mi alrededor y ser parte de ello. Puse una ofrenda en mi casa. Esta noche creo que esperamos invitados. Nuestras tradiciones no han muerto, ni se han confundido, sólo hemos hecho lo que siempre hacemos con todo aquello que importamos: tomamos lo que nos agrada, lo adaptamos, y lo adoptamos.


Today I almost cry. Too much visual stimulus. Too much sound stimulus. Too much olfactory stimulus. A nice temperature that encourages you to feel everything around you, and life... life flowing from every direction towards all directions.

Irony. The night in which the deads return to enjoy, it's one of the liveliest nights of the year.

Halloween has melt with Día de muertos, with children everywhere in disguise asking for their "calaverita" (no trick or treat in here) and grown ups disguised of skeletons or deads (no zombies), thing that for me was horrifying, and surprising at the same time, as not many looked for looking like American stereotypes, with their visual culture. They were skeletons, deads, skulls, elements that horrified you and amazed you because you could feel identified, bounded to them by some strange link, almost invisible and unrecognizable that you didn't know existed.

Skeletons playing traditional games, ofrendas to comic characters, and food in form of bones. Lights and colors everywhere, people and movement.

I am so happy of being today in Mexico, of watching all this happening around me and be part of it. I put an ofrenda at home. This night I think we expect some guests.

Our traditions are not dead, nor confused, we have just done what we always do with everything we import: we take whatever we like from it, we adapt it, and then adopt it.

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